La serie Nosotros los comensales, creada por María Buenaventura y Liliana Sánchez dentro del Observatorio de Poéticas Sociales, se compuso de cuatro encuentros: un simposio y tres banquetes, realizados entre agosto de 2015 y abril de 2016.
Sesión inaugural – simposio. Sábado 15 de agosto, 10:30 a.m. Talleres de arte, Universidad Jorge Tadeo Lozano.
- Primer Banquete austero: DESPUÉS DEL PUNTO DE EBULLICIÓN. Sábado 29 de agosto, 2:30 p.m. Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.
Segundo Banquete austero: LA DISTANCIA ENTRE LAS COSAS. Sábado 12 de diciembre, 10:30 a.m. Fundación al Verde Vivo, Estación de Tren Cacicazgo, Suesca. 8:00 am, encuentro en Bogotá.
- Tercer Banquete austero: LA VIDA DE LOS CRONES. Sábado 9 de abril, 11:00 a.m. Fundación Escuela Taller – Estación de la Sabana.
Estos encuentros partieron de una constelación de reflexiones sobre los alimentos que cada artista, María Buenaventura y Liliana Sánchez, había trabajado por separado en su obra: las divisiones que hacemos del mundo natural -entre lo vivo y lo inerte, entre lo comible y lo incomible-, la historia de las técnicas y costumbres culinarias y las implicaciones políticas y sociales que tiene el hecho de sentarse a la mesa.
Dado que históricamente el banquete ha sido el lugar para desplegar la riqueza de personas y gobiernos, una ocasión para ostentar, tanto como para hacer declaraciones públicas, escogimos esta figura para contraponerla a la exigencia nunca cumplida de austeridad, pregonada desde poderes civiles y religiosos. Así, propusimos la realización de unos “banquetes austeros”. Banquetes paradójicos que se distancian de la cocina “estetizada”, la que envuelve la comida en un elaborado vocabulario gourmet, convirtiéndola en un objeto de consumo refinado, con un valor excesivo y un enrarecimiento que enmascara el inequitativo sistema económico mundial de alimentos.
Cada mesa ha explorado un eje dietario: Desconocer, La comunidad del alimento y la relación tiempo-dinero-comida, situaciones culinarias para ser pensadas críticamente con los invitados, examinando el rol del comensal, su responsabilidad entendida en múltiples formas y esa marcada diferencia -naturalizada de antemano- entre el que hace y el que piensa.
A cada uno de los eventos asistieron unas 30 personas de varias disciplinas e intereses, entre ellas, Alberto Baraya, artista plástico y Juan Mejía, filósofo, se convirtieron en colaboradores permanentes del proyecto, aportándonos sus reflexiones sobre el papel de la comida en la organización social -la abundancia, la abstención y la regulación de los alimentos-, su entusiasmo en la búsqueda de ingredientes y su mirada para el montaje de los banquetes.