Lo que aprendí en la Escuela de Jacques Lecoq. El viaje de la máscara en esta escuela de teatro, la expresión corporal de los colores, el espacio, medir con mi cuerpo el lugar, la concentración y la explosión como medida. Aprendí contradicciones y dificultades, yo era pura fragilidad en ese año, 98, pero conocí a Jacques Lecoq, pertenecí a la última cohorte que pudo tomar clases con él. Vi otra forma de hacer teatro, tan diferente a la que había aprendido en La Candelaria (seguramente entre ellos se habrían entendido), para mí todo era nuevo.
Y sin embargo sé que mucho de mi pensamiento, en obra y en las clases, salió de ese tiempo intenso en la escuela.
Voy escribiendo sobre esto. Y pidiendo permiso a los estudiantes para mostrar sus increíbles creaciones.
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